El Tanabata o festival de las estrellas, es una festividad que se lleva cabo en Japón el día 7 de del mes de Julio de cada año.
Se inició en Japón durante el período Nara (710 D.C. –794 D.C), y se institucionaliza durante el reinado de la emperatriz Kouken, alrededor del año 750.
El significado literal de los caracteres que conforman la palabra Tanabata son “七” (shichi o nana) siete y “夕” (yuu) noche, es decir la noche del 7 y es por ello que se celebra el día 7 del mes 7 (7 de Julio).
Esta festividad conmemora el encuentro celestial de dos amantes, Orihihime 織姫 y Hikoboshi 彦星, quienes durante esta fecha de cada año es la única ocasión en la que pueden reunirse.
“Leyenda del Tanabata”
La princesa Orihime (princesa de los tejidos), hija de Tenkou (Dios del Cielo), por ser excelente tejedora era la responsable de confeccionar la vestimenta de los dioses del cielo, labor que le gustaba realizar al lado del río Amanogawa, con su tejedora mágica llamada Tanahata.
El padre de Origime al ver el ardua labor de tejidos que su hija realizaba, decidió buscarle un marido para hacerla feliz, y así fue como escogió a Kengyu, un joven que se dedicaba a cuidar bueyes. Cuando Tenkou los presentó, el amor entre los dos surgió inmediatamente y se casaron.
El problema fue que era tan intenso el sentimiento entre los enamorados, que ambos descuidaron sus obligaciones por pasar todo el día juntos y por esta razón los dioses no tuvieron más vestidos nuevos y los bueyes se desperdigaron por todo el cielo causando graves destrozos.
El enojo de Tenkou fue mayúsculo, y por ello decidió separar a los enamorados y prohibir que volvieran a verse, cada uno en cada extremo de Amanogawa (Vía Láctea).
Fue tal el sufrimiento de los dos enamorados, que no tenían fuerzas para volver a sus labores, Tenkou compadeciéndose de la amargura de ambos, les prometió que si trabajaban arduamente todo el año, les permitiría reunirse un día y este sería el séptimo día del séptimo mes.
Para lograr verse, ambos trabajan arduamente durante todo el año ya que esa es la promesa que el Dios del cielo les hizo y que cada año sin falta cumplen por su gran amor en el día del Tanabata.
Para que se pueda llevar a cabo el encuentro, sobre la Vía Láctea se forma un puente compuesto por unas urracas, y así los dos amantes puedan cruzar el río del cielo y reunirse.
Se dice que el poder reunirse les provoca tanta felicidad a estos amantes, que conceden deseos a todos aquellos que se los pidan.
“Costumbres de esta festividad”
Desde la era Edo (1603-1868), en las casas, principalmente en los jardines o en las puertas, se pueden ver ramas de bambú decoradas con franjas de papel llamadas “tanzaku”.
Antiguamente las franjas de papel eran de cinco colores (rojo, verde, amarillo, blanco y negro) porque representaban los 5 elementos (fuego, madera, tierra, metal y agua, respectivamente); hoy día son de varios colores y en ellas se escriben los deseos que piden a los amantes.
Al terminar la celebración, se deben arrojar las ramas de bambú y las peticiones en el río más cercano, para que lleguen al río celestial y de esta forma se puedan hacer realidad.
En la actualidad las calles se visten con adornos de colores simulando la vía láctea y se llevan a cabo desfiles y ferias en los cuales no pueden faltar los clores en el cielo, protagonizados por los fuegos artificiales.
Durante la celebración también es costumbre escribir poemas con temática del Tanabata y es por ello que al mes de julio se le conoce como “Fumizuki” que quiere decir “El mes de las letras”.
Ahora que ya conocen a cerca de esta mágica tradición también pueden pedir sus deseos y quien sabe, tal vez se cumplan.